EL PAIS DE LA LUNA OSCURA

Oye animal!! Despierta es hora del baño y del desayuno, exclamo fuertemente el bolo, como odiosamente lo llamaba, en realidad nunca me intereso conocer su verdadero nombre, aquél individuo tenía la costumbre diariamente con su bate de beisbol de golpear mi país, mi casa y sus pequeñas ventanas bruscamente y sin piedad, cada golpe que daba aumentaba mi odio, lo detestaba por sacarme de mi pequeño refugio fantástico ,un lugar mágico donde el tiempo no importa ,donde todo es oscuridad y belleza al mismo tiempo ,un lugar donde solo podre vivir y mirar únicamente mas allá de los sentidos,’ EL PAIS DE LA LUNA OSCURA´´ ,el bolo me transportaba del paraíso al infierno sin compasión.
Aquel día, en el infierno me bañe con agua helada, desayune como diariamente lo hacia, compartí con algunos seres monstruosos, que en este mundo existen, ellos me contaban muy alegremente sus dichosas anécdotas, de que como uno de ellos había violado y asesinado a un pequeño Ángel, otro más orgullosamente grito sonrientemente eso para mí no es nada, yo con mi viejo caballo llegamos a una pequeña aldea de este infierno, bebí un trago de whisky ,luego me dirigí a desamarrar del caballo ,una moto sierra y torture sin piedad a todos los Ángeles que la habitaban ,querían demostrarse el uno del otro según ellos el poderío y la magnífica habilidad que poseían gracias a sus dioses ,en fin así eran mis días en el infierno.
Odiaba y al mismo tiempo les tenía miedo a aquellos seres malditos que me rodeaban, detestaba el infierno, todos los días en aquel lugar eran eternos, anhelaba con ansias llegar de nuevo a mi mundo, a mi país a mi hogar.
Eche un vistazo al cielo infernal, que me miraba, logre ver que estaba cambiando su color rojo, al negro natural, lo cual me agradaba bastante, era hora de volver a mi lugar.
El bolo bruscamente me llevo a mi hogar, la verdad me importaba poco si me maltrataba, estaba feliz de regresar a mi tierra, cuando traspasé la puerta de hierro de mi casa, mágicamente aparecí de nuevo en ´´el país de la luna oscura´´.
Estaba más feliz que de costumbre, miraba dichosamente como las flores iluminaban aquel lugar oscuro, de cómo las estrellas brillaban ya que la luna estaba como me gustaba oscura, sentía el vapor que botaba sus lagos, se sentía paz, pero lo más hermoso de aquel país es el silencio que me embarga y mi doncella la única mujer que no me ha traicionado Lucena.
Muy rápidamente me bañe en las tibias aguas del lago de kelpie, nunca sentí frio en aquel lago, me gustaba hablar demasiado con Thomas un pequeño árbol de eucalipto que yacía junto a kelpie desde que conozco aquel lugar, Thomas me agradaba bastante no solo por su aroma sino también por su manera de hablar tan cálida, hablaba con él antes de irme a visitar a mi doncella, le contaba las terribles atrocidades que pasan y me suceden en el infierno. Siempre quedaba sorprendido no me podía creer el hecho de que existan seres tan malditos, que abusan de su poder para hacer el mal, tambien nos gustaba hablar de penas de amor, tomando guarapo de caña con mucho anís, thomas en días pasados fue traicionado, por una planta de jazmín, por tal motivo hasta los días que escribí este cuento, estuvo a punto de cortarse sus ramas, sufrió demasiado por aquel jazmín.
Recuerdo que me despedí de Thomas y me dirigí un poco ebrio por el efecto del anís hacia mi doncella Lucena, caminaba rápidamente la quería ver, realmente la amaba era mi gran tesoro.
De repente caminando por los caminos de la montaña negra se me apareció algo que me hablo, no lo pude ver, pues en aquellas montañas no hay flores que porten luz, aquel ser extraño me produjo temor, agresivamente me dijo no sigas adelante o de lo contrario Lucena morirá, el temor invadió completamente mi cuerpo, no puede ser… seres del infierno en mi mundo, no lo puedo creer, me dije tristemente asintiendo mi cabeza.
Pero no era lo que pensaba no era un ser del infierno era algo mas importante para mí, no era un fantasma era real, no sé de qué realidad o de qué mundo pero era real, con un rumor de los arbustos y un vacio primaveral para la reina de mayo. Y sin tanto misterio ella dijo silencio hijo mío poniendo su mano sobre mi cabeza y dijo que pensarías si te digo que todo lo que has vivido no es real, despierta tienes que volver mira que el mundo te espera el infierno no llega todavía está en tu cabeza donde vives si es la muerte misma y si sigues así tu amada morirá reacciona por favor soy la voz que te ruega que no sigas…
Pero para mí eso no bastaba mi destino estaba trazado ya. Afuera el infierno, aquí rodeado de seres inertes y ella mi salvación y mi refugio mi baluarte donde me salvo.
Despierta anima!!l oye animal despierta!!! es hora del baño y el desayuno, aquel día Salí de mi mundo muy preocupado por lo que le pudiese hacer la voz que me hablo en el camino a mi doncella ese día decidí hacer rápidamente todo lo que me ordenaba el bolo para así poder cumplir mi destino cuando el color del cielo empiece a cambiar a su negro natural, aquel día recibí una visita de una persona que no parecía ser del infierno, una persona angelical que se hacía llamar mi madre, sus ojos eran como estrellas que me invitaban a creerle, pero igual nunca le creí me dijo exactamente lo mismo que me dijo la vos en el camino durante el viaje al país de la luna oscura.
Recuerdo que se me hizo un nudo en la garganta y no pude decir nada, con un beso en la frente se despidió y partió, nunca la volveré a ver, y de nuevo el cielo estaba negro, debía enfrentar ahora mi destino y quedarme por siempre junto a mi doncella. Y ya para terminar esta historia solo quisiera que la lea la voz que decía ser mi madre, la que me hablo en el camino de mi mundo o, que vive en el infierno, la cual creo ahora tenía razón y por más que este en mi mundo y con mi doncella ahora pienso que debí escuchar y hacerle caso. Aunque es tarde para arrepentirse solo quisiera que sepa que la amo pues la decisión que tome nunca me dio tiempo para decírselo.

Espero que el bolo sea feliz…


Esta carta fue encontrada en la celda número 38 de la penitenciaria de Chamberí, en el estado de finisterra dentro de uno de los bolsillos de un individuo que se encontró ahorcado con una cuerda de papel, y que está siendo leída por una mujer que dice ser su madre y otra su esposa.